miércoles, 16 de julio de 2008

Decadencia de la sociedad

A veces me pregunto porqué está así de mal el mundo. Parece que ya no existen los buenos modales, ni la educación, ni el respeto. Me parece increíble ver una mujer con un carricoche de bebé por una acera que se tenga que bajar de ella para que pase un joven. Tampoco entiendo cómo hay gente capaz de abandonar bebés en los contenedores de basura como si fueran muñecos viejos que ya nadie quiere. Intento pensar que todo el mundo no es así, que todavía existen personas que piensan y que no consideran que la noticia más importante del día sea la expulsión de algún personaje de Gran Hermano.
Me esfuerzo en encontrar el lado positivo de nuestra sociedad pero por más que lo intento no hay manera. La televisión es solo un elemento de manipulación, las escuelas han dejado de ser lo que eran, los padres ya no se ocupan de sus hijos y se los cargan al maestro que con treinta chavales delante no puede hacer mucho más. Y si después pensamos en las guerras, los niños soldado, los niños que se mueren de hambre y de sed cada día, los niños víctimas de la prostitución infantil... Si seguimos enumerando esto nunca acabaría porque creo que hay una degeneración generalizada en el mundo en que vivimos. Un mundo de consumo y placeres paralelo a un mundo de hambre y sufrimiento. A veces incluso se ve en una misma cuidad. Mientras a un lado están los ricos con sus fiestas, a las puertas de su casa están los pobres esperando los restos de comida. No entiendo cómo alguien puede disfrutar de algo sabiendo que a dos metros hay gente muriéndose de hambre. No sé cómo existe gente capaz de hacerle daño a un niño. No comprendo que la justicia no dé siempre su merecido a los maltratadores y que éstos después de cumplir años en la cárcel queden libres pese a haber matado a sus mujeres. Lo mismo ocurre con los violadores. No entiendo casos como aquél en el que el violador fue puesto en libertad pese a que los psiquiatras que lo trataban dijeran que no estaba rehabilitado y que reincidiría. No entiendo de leyes, es cierto, pero sí entiendo de sentido común.
Tampoco entiendo que la felicidad esté ligada a los bienes materiales y que la sociedad de consumo nos haya llevado a no saber disfrutar de los pequeños momentos de cada día haciéndonos ver que la única forma de diversión es salir a la calle y dejarse medio sueldo en ropa, restaurantes, cines, y otras formas de ocio.
No quiero pensar qué va a ser de las generaciones venideras. A veces creo que lo único que merecería la pena sería hacer un mundo nuevo. Pero no es más que una utopía...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

estoy completamente de acurdo contigo
la vida hoy en dia es una mierda...
no quedan casi valores
es una pena
de hehco mis texo de hoy tiene k ver con el tema
besos

Tamy dijo...

Buena reflexión. Pero estpy segura de que no todo el mundo es así, el mundo en general si, pero en particular no. Los telediarios estan hechos para asustarnos y hacernos creer que el mundo está como una puta cabra, que ño está si, pero no todo. El sentido común no abunda es verdad, por motivos de educación y entorno, creo que es posible de cambiar si empezamos por nosotros mismo. Es cierto que no acabaremos con la situación en África ni mucho menos, ni tampoco la actitud de nuestro entorno pero al menos estaremos fuera de las generalizaciones que hace la gente cuando se refieren a "todo el mundo".

Lady Midnight dijo...

Mi opinión personal respecto a la solución es un tanto diferente y sobre todo más drástica (aunque imposible para mí): exterminar a la humanidad. Poco a poco a conseguido que naciese una cruzada personal entre ella y yo.

Darkness, me encanta tu nick. Si te gusta el tema, pásate por mi blog y mira mi última entrada, titulada "Pensamientos".

Tamy, lo siento, pero es así. Los telediarios no son más que un burdo intento de manipulación, lo sé, y sin embargo lo que hacen es intentar da una imagen más agradable del ser humano en muchas ocasiones. Vale que las generalizaones no sean del todo correctas, pero un individuo solo, o dos o tres no cambiarán nada. Estamos condenados. ¡Un saludo!