martes, 24 de junio de 2008

Historia en curso (1ª parte)

Sabía que me equivocaba, que me arrepentiría pero estaba decidida a hacerlo. No había marcha atrás. Intentaron disuadirme por todos los medios posibles pero no lo consiguieron.
Quería una nueva vida lejos de todo lo que me había hecho sufrir. Pensaba, tonta de mí, que escapar de los problemas los hacía desaparecer. ¡Qué ilusa fui!
Cuando me vi en el espejo compendí que la huida no era la solución, que debía afrontar la realidad con todas las consecuencias que pudiera haber. No sé qué ocurrió dentro de mi que me hizo reaccionar. ¿El problema? Era tarde, demasiado tarde. Ya no tenía a quien acudir, había huido de mis amigos, de mi familia. Tenía lo que merecía: la soledad.
Supongo que, casualidades de la vida, se me apareció la persona que menos esperaba en aquellos momentos: mi cuñada. La verdad es que no me tomé nada bien que mi hermano empezara a salir con ella. La veía tan sueprficial, tan de plástico. No la soportaba, vamos. Pero en ese momento tan crítico apareció de repente tendiéndome la mano.
Continuará (...)

lunes, 23 de junio de 2008

Un extraño sueño


Hoy puedo decir que he sido feliz. Quizás suene utópico, surrealista o simplemente nadie me crea pero puedo demostrarlo. Cuando abrí los ojos sentí que una nueva vida me esperaba al salir del dormitorio. Me vestí a toda prisa y salí a la calle. Respiré un aire fresco que me hizo sentir que había valido la pena. Bajé por todas las sinuosas calles llenas de gente que se apresuraba para ir a comprar al mercado y llegué a mi destino: la playa. Allí me desvestí y me dirigí al agua. Nadé durante horas, hasta quedar exhausta. Cuando me tumbé en la arena blanquecina estaba totalmente relajada. Cerré los ojos y me dejé llevar. No sé decir cuánto tiempo estuve en esa especie de trance pero fue una experiencia digna de recordar. Al despertar estaba sola, había anochecido y me sentía libre, llena de fuerza. ¿A qué se debía aquella sensación? Encontré mi ropa doblada a mi lado y me vestí. Comencé a recorrer las mismas calles que por la mañana hasta llegar al portal de mi casa pero una vez allí no pude abrir la puerta. No había nadie a mi alrededor y todas las luces estaban apagadas. ¿Acaso me había equivocado? Divisé una luz al fonde de la calle y me dirigí hacia ella... Penetré en ella y aquí estoy, divisando el mundo desde el más allá.

miércoles, 18 de junio de 2008

"Es cierto que yo no quise estudiar y que me he buscado esta vida insulsa. Tengo 35 años y no puedo decir que haya disfrutado de nada. Bueno sí, del dinero de mi marido. Pero no he tenido emociones fuertes, mis viajes son todos organizados en hoteles de cinco estrellas, mi vida una rutina de ir a clase de pilates y de tomar café con mis amigas. Esta no era la vida que yo quería. Me equivoqué.

Ahora quiero romper con todo y volver a empezar. Ya no soy joven pero voy a ponerme en serio a arreglar mi vida. Esto no puede seguir así porque de hacerlo acabaré con mi vida cualquier día. Voy a irme de casa. "

En esos pensamientos estaba cuando su marido abrió la puerta sigilosamente, como hacía todas las noches. La vio en el sofá sentada y le deseó buenas noches. Ella se levantó, se dirigió a la cocina, preparó un vaso de leche caliente para su marido y se lo llevó a la cama. Al fin y al cabo, ¿de qué valía soñar? Esa era la vida que ella había elegido y debía ser consecuente con ello.

Momento inolvidable

Recuerdo el día de lluvia en que nos conocimos. Era abril y hacía un vientecillo fresco que nos impedía dejar de castañetear los dientes. Nos mirábamos de reojo, vergonzosos, como dos desconocidos que casi son dos conocidos que no lo llegan a ser aún.
Uno miraba y el otro bajaba la vista poco a poco. ¡Qué recuerdos!
Sentados en aquel sillón sentimos el cosquilleo que produce el primer beso, esa sensación agradable de mariposas revolotenado por el estómago. Como si hubiera sido ayer, vuelvo a sentir tus manos acariciándome, tu voz susurrándome al oído, tu cálido aliento sobre mi cuello.
Siento de nuevo aquella sensación de bienestar de estar acurrucada entre tus brazos esperando con ansia el próximo beso, siento las cosquillas de tus dedos en mi espalda, siento tu risa y recuerdo la expresión de tus ojos al mirarme. ¡Qué tiempos aquellos!

Por sorpresa

Suena el teléfono
- ¿Sí? ¿Dígame?
- Querría hablar con la señora de la casa, ¿se encuentra ahí?
- No, yo soy su marido, ¿qué desea?
- Decirle a su esposa que ya tenemos los resultados de los análisis.
- ¿Qué análisis?
- Ah, ¿que no se lo ha contado su esposa?
- No, ¿qué tenía que contarme?
- Es mejor que se lo explique ella.
Y colgó el teléfono.
¿Cómo era posible que no le hubiese dicho nada? No podía habérsele olvidado... Corrió hasta la mesita de noche donde tenía el móvil cargando y llamó a su mujer inmediatamente.
- ¿Sí?
- ¿Qué te pasa?
- Nada, ¿qué iba a pasarme?
- Acaba de llamar un doctor diciendo que tenía los resultados de los análisis. ¿Qué análisis?
- Pura rutina cariño, no te preocupes.
Y colgó el teléfono.
Desesperación, rabia, miedo. ¿Qué le ocurría? ¿Por qué no se lo había dicho? ¿Sería grave? ¿A qué esperaba para contarle la verdad?
Pasadas unas horas exasperantes ella volvió a casa, pálida y débil. Le dijo a su marido que se iba a la cama, que estaba cansada. No le permitió responder y se marchó.
Él volvió a sentarse en el sofá de terciopelo que acababan de comprar. No entendía nada.
A los diez minutos no aguantaba más y se dirigió al dormitorio... Intentó despertarla pero no pudo. Todo se sucedió tan rápido... Ambulancia, hospital, nervios, lavado de estómago, diagnóstico: intento de suicidio. ¿Por qué? Jamás lo sabría. Cuando ella despertó no recordaba absolutamente nada de lo que había ocurrido. Amnesia temporal dijeron. No era cierto. Jamás recuperó la memoria. Nunca supo porqué se tomó tal cantidad de pastillas. ¿Sería porque quería dormir? Ella estaba muy contenta, después de todo, iba a ser Mamá en siete meses. Entonces él comprendió todo.

Un día más

Hoy el cielo está despejado, la verdad es que no puedo quejarme. Pedí que no lloviera y aquí lo tengo: un magnífico sol resplandeciente que invita a pasear y a disfrutar del momento.
Normalmente me cuesta salir a la calle, quizás por ello la psicóloga me haya dicho que estoy sumida en una fuerte depresión. Yo no sé si es cierto o si sólo lo dice para asustarme... En realidad no me fío mucho de ella; y si voy a verla es porque me obliga mi hermana. Sí, ella, la que siempre está feliz y contenta y lo grita a los cuatro vientos. Claro, ella tiene razones para estarlo: tiene un marido rico que la quiere con locura, una niña de dos años que se porta a las mil maravillas (no como esos chiquillos que veo en el metro todas las tardes que gritan sin parar para que se les haga caso) y una casa fantástica que ni tiene que limpiar porque ya tienen a María para que se encargue de ello. Seguramente es por todas estas razones por las que mi hermana no se queja de nada. Su vida es muy simple: se levanta, se va a clase de pilates, vuelve a la hora de comer, se va a tomar el café con sus amigas, se va de tiendas y se compra todo lo que le gusta sin mirar el precio y llega a casa por la noche, cansada y lista para irse a la cama donde la espera su marido. ¡Ya que todos tuviéramos esa vida!
Si yo tuviera que explicar cómo es mi vida, creo que lo haría muy rápido... No tengo pareja, no tengo casa (vivo en alquiler desde los 18 años), no tengo trabajo (hace un mes se me cumplió aquel maravilloso contrato de tres meses), y sí, parece ser que tengo una profunda depresión.
No sé qué espera la gente de mí porque cada vez que vienen a verme me dicen lo mismo: ¡ay hija, qué paliducha estás! ¿Por qué no te arreglas y sales a dar una vuelta? Y yo pienso: ¿acaso váis a venir vosotros conmigo? ¿para qué voy a salir si no tengo nada que hacer fuera? Pero claro, nadie me entiende y vuelven siempre con la misma cantinela.
Algún día me gustaría llamar a Cecilia, aquella compañera de instituto que se llevaba a todos los tíos de calle. Claro, ella era guapa, alta, esbelta y yo era simplemente la amiga simpática. Quizás fuera por eso por lo que terminamos perdiendo el contacto. Tampoco es que fuera muy beneficioso para mí salir con ella, siempre terminaba sola en alguna barra de algún bar, borracha como una cuba...
La psicóloga me dice que escriba lo que siento y yo le digo que no puedo porque no siento absolutamente nada. Es como si fuera una marioneta a la que manejan sin ton ni son. Me gustaría dejar de serlo, pero no sé cómo. Todos lo ven tan fácil desde fuera...

martes, 17 de junio de 2008

Cambiando de humor


Mañanas llenas de ilusiones, de fantasías, de mentiras...
Tardes llenas de amargura, de inútil espera...
Noches llenas de angustia, de miedo, de arrepentimiento...
Yo solo quiero ser feliz, ¿tanto pido? Deseo dormir plácidamente cada noche, despertarme llena de ánimo para poder afrontar con fuerza cada nuevo día.
Decaigo conforme pasan la horas, me invade una pesadumbre tremenda y despierto sofocada.
No puedo cambiar la monotonía de mis días, deseos de libertad frustrados que se estrellan contra los muros del miedo.
Ansia de vida, ansia de muerte. Lugares desconocidos con sombras difusas que me parecen ideales. ¿Locura de la mente? No. Utopía de un mundo mejor.


Impaciencia


Un segundo, un minuto, una hora, ¿qué más da? Por más que mire el reloj no va a llegar antes el ansiado momento en que te tenga entre mis brazos. Instante de tranquilidad infinita que solo tiene lugar una vez al día...
Cada vez que te alejas me doy cuenta de que tú eres mi mundo, que sólo gracias a ti puedo ser feliz. Cuando vuelves, cansado y exhausto, soy feliz al abrazarte, al sentirte cerca. Tus caricias y tus besos son lo que me da la vida. ¿Qué haría yo sin ellos? Morir, sin duda alguna.
Hay momentos en los que no consigo sonreir y me lo reprochas, puedo asegurarte que cada vez que pienso en ti sonrío por dentro. Quizás no vaya en mi naturaleza, quizás no pueda simplemente porque me invaden otro tipo de sentimientos. Solo quiero volver a decirte que te quiero, que me haces muy feliz y que no debes olvidarlo nunca aunque no siempre lo puedas ver reflejado en mi rostro.
Tan solo me queda recordarte que siempre voy a estar aquí, a tu lado, para demostrarte día a día mi amor por ti.
Impacientemente espero tu retorno para fundirnos en un cálido abrazo...

lunes, 16 de junio de 2008

Tardes


Tardes calurosas de verano
En las que los sueños se presentan
Deliciosos y a la vez amargos…
Tardes en las que todo vale,
Tardes serenas de hastío.
Me dices que son bellas,
Me engañas.
Me gritas tu amor a los cuatro vientos,
Me engañas.
Lloro en silencio por ti
Y dejo de entender el mundo.
Tardes de verano en las que te creía,
Tardes de limones granizados
Y de helados de chocolate.
Y te esperaba,
Y no venías,
Y te seguía esperando,
Y te seguías retrasando.
Momentos en los que no se sabe
Que se es engañado.
Dulces noches veraniegas
Bajo las estrellas.
Amargas noches veraniegas
Sobre la hierba seca,
Esperando.
Ya terminaron aquellos tiempos,
Ya es agua pasada,
Pero a veces creo revivir
Aquellos momentos de soledad
En los que te esperaba.


Il pleure dans mon coeur


Il pleure dans mon coeur
Comme il pleut sur la ville ;
Quelle est cette langueur
Qui pénètre mon coeur?
Ô bruit doux de la pluie
Par terre et sur les toits!
Pour un coeur qui s'ennuie,
Ô le chant de la pluie!
Il pleure sans raison
Dans ce coeur qui s'écoeure.
Quoi ! nulle trahison?...
Ce deuil est sans raison.
C'est bien la pire peine
De ne savoir pourquoi
Sans amour et sans haine
Mon coeur a tant de peine!

Verlaine

No he podido resistirme a inaugurar este blog con esta poesía de Verlaine. La conozco desde hace años, me hizo descubrirla poco a poco y amarla con el paso del tiempo. No puedo expresar con simples palabras lo que me supone la lectura de estos versos porque representan lo que fue mi refugio durante años. Solo puedo decir que gracias a Verlaine descubrí el maravilloso mundo de la poesía.

Presentación

Quien me conozca sabrá que no soy muy dada a las páginas personales (blog, space, fotolog...) pero hoy hay alguien que me ha dado ganas de crearme una. Sí Esther, has sido tú xD
No pretendo más que publicar algunos de mis textos con el fin de que quien los lea "sienta algo". Así mismo espero que os guste lo que por aquí encontréis y me comentéis cuanto se os ocurra.