lunes, 23 de junio de 2008

Un extraño sueño


Hoy puedo decir que he sido feliz. Quizás suene utópico, surrealista o simplemente nadie me crea pero puedo demostrarlo. Cuando abrí los ojos sentí que una nueva vida me esperaba al salir del dormitorio. Me vestí a toda prisa y salí a la calle. Respiré un aire fresco que me hizo sentir que había valido la pena. Bajé por todas las sinuosas calles llenas de gente que se apresuraba para ir a comprar al mercado y llegué a mi destino: la playa. Allí me desvestí y me dirigí al agua. Nadé durante horas, hasta quedar exhausta. Cuando me tumbé en la arena blanquecina estaba totalmente relajada. Cerré los ojos y me dejé llevar. No sé decir cuánto tiempo estuve en esa especie de trance pero fue una experiencia digna de recordar. Al despertar estaba sola, había anochecido y me sentía libre, llena de fuerza. ¿A qué se debía aquella sensación? Encontré mi ropa doblada a mi lado y me vestí. Comencé a recorrer las mismas calles que por la mañana hasta llegar al portal de mi casa pero una vez allí no pude abrir la puerta. No había nadie a mi alrededor y todas las luces estaban apagadas. ¿Acaso me había equivocado? Divisé una luz al fonde de la calle y me dirigí hacia ella... Penetré en ella y aquí estoy, divisando el mundo desde el más allá.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ola!! me ha gustado muxo tu texto!! de verdad, veo k te superas tia :P
wenu..yo toy algo out, x el curro..
un besito