Al llegar al trabajo se sintió extraña. Aunque veía a todos sus compañeros y los reconocía se sentía muy lejos de ellos; como si estuviera en otra dimensión. Los saludaba con un leve movimiento con la cabeza y pasaba de largo sin sentir siquiera la necesidad de preguntarles qué tal estaban esa mañana. Cuando llegó a su mesa encendió el ordenador y cuál no sería su sorpresa al ver en la pantalla un mensaje escrito en rojo sobre un fondo negro. "Aún no me conoces, pero no tardarás en hacerlo". Su corazón le dio un vuelco. ¿Quién había accedido a su ordenador para dejarle ese mensaje tan extraño? No tenía nada claro; definitivamente, esa mañana, se había levantado con el pie izquierdo y el día prometía... Se estiró sin a penas moverse de la silla y empezó a trabajar pensando que así conseguiría no pensar en aquella frase.
...
Noticias del membrillero japonés
-
Por fin, llegó la nieve. Tiene algo de infancia: el corcho desgranado sobre
el belén casero, las castañas bailando en la chapa de la cocina económica,
el...
Hace 5 días