Y la vida transcurría tranquila, sin incidencias... Matilda y Julia se reunían todas las noches junto a la chimenea para comentar cómo les había ido el día. Normalmente no había mayor novedad ya que ambas se dedicaban a cultivar la tierra y a cambiar sus adquisiciones por las de otros convecinos. Lo curioso era que nunca hablaban de lo que las había llevado a aquel pueblo. Aunque nunca se lo propusieron no sacaban el tema; era como si quisieran conservar cierto halo de misterio pese a ser amigas. Al fin y al cabo lo que las unía era ese pueblecito concretamente, ¿qué más daban las razones por las que habían huído de sus anteriores vidas?. En medio de la más absoluta naturaleza, ¿qué más daba el pasado?. Ahora eran personas completamente nuevas, contentas con el giro que habían dado sus respectivas vidas; no tenían derecho a quejarse.
Así iban pasando los días, las semanas y los meses... Parecía que el tiempo hubiera dejado de existir. Allí, la tranquilidad era absoluta, no había horarios, no se quedaba a ninguna hora; bastaba con irse a casa cuando empezara a oscurecer y el frío se introdujera en los huesos. Y ya de día, cuando se había levantado el sol era hora de salir a trabajar.
Un tarde, las dos amigas se reunieron antes de lo habitual debido a una fuerte tormenta. Era la primera que vivían en aquel recóndito lugar y aunque les daba vergüenza admitirlo, estaban muertas de miedo. Las ventanas temblaban por la fuerza de la lluvia, los rayos iluminaban la estancia y el viento se colaba por todas y cada una de las rendijas de puertas y ventanas. Aquello era impresionante, si no fuera porque no era posible hubieran pensado que se trataba del fin del mundo. Aunque no lo tenían planeado, esa noche dormirían las dos en casa de Matilda. Con ese temporal no hubiera sido recomendable andar hasta la casa de Julia que pese a estar a unos escasos cien metros podía ser peligroso. Y así pasaron la noche, temblando de frío y miedo esperando ansiosamente que saliera un radiante sol cuanto antes.
6 comentarios:
mmm
estoy de acuerdo cntigo
hay cosas imperdonables
imagino k ere sla unica k lee mi blog k sabe d elo k hablo :)
te e contestao tu coment en mi blog tb jeje
leiste mi mail?¿
igual me enrolle demasiado sorry :(
un besito amore
tas dao queen del pedazo de corte de pelo k me dao?¿ xd
besos
Hicieron bien las dos en quedarse a refugio las tormentas son tan peligrosas.. ya tengo ganas de ver como continua.
besos
Tengo ganas de ver cómo continúa aunque, saliendo de la hipocresía habitual, he de confesar que la primera parte es bastante mejor. Sin embargo te animo a que contnúes escribiendo, el conjunto puede quedar francamente bien. ¡Un saludo!
Me encantan estas historias que continúan poco a poco. Tengo curiosidad por saber qué pasará después^^.
Besitos.
Me he quedado con ganas de mas.
De ti y de ellas.
Un lobo a la espera
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